3 años después de componer la primera obra maestra de Pink Floyd, The piper at the gates of dawn, su ex-líder estaba acabado, completamente destrozado por el consumo de alucinógenos y publicando sus últimos destellos de creatividad. Sus antiguos compañeros estaban ahí... David Gilmour produce este segundo trabajo de Syd, y le acompaña en la guitarra mientras que Rick Wright hace lo propio con los teclados. El resultado es melancólico, amargo, y en ocasiones pleno de una profunda y desolada belleza. Canciones prácticamente acústicas y casi infantiles. Love song me sigue pareciendo una maravilla.
8/10
El disco completo:
https://www.youtube.com/watch?v=zHRm6yWHyNk
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