Grabado en la casa donde Sharon Tate fue asesinada por los seguidores de Charles Manson, el segundo trabajo del grupo resultó una deprimente y desoladora espiral hacia el abismo de los miedos de su líder, Trent Reznor. Sintiéndose en caída libre, escribió sobre las drogas, el suicidio, la locura, la religión y la deshumanización del planeta. Con un fondo de filosofía de Nietzsche y una producción desmesurada (punto fuerte de esta pesadilla), nos invita a bajar a un sotano desvencijado y lleno de clavos y cristales rotos.
El trabajo tuvo un enorme impacto en la música por su destilación del sonido y las mezclas extrañas de ambientes.
Como curiosidad, parece que Reznor tenía en mente en todo momento el disco Scary monsters de David Bowie a la hora de componer.
No apto para irse a dormir (a no ser que no queráis pegar ojo).
8/10
El disco completo:
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