Cuando la banda británica sacó al mercado este tercer disco, la prensa se les echó encima con toda clase de reproches acusándoles de pretenciosos, de grandilocuentes y de salirse de la estupenda vereda que habían venido siguiendo a lo largo de la década. Hoy no hay lista de los mejores álbumes británicos que no lo contenga. Sencillamente, se adelantaron a su tiempo y jugaron con instrumentaciones orquestales que pocos asociaban al indie. Precioso.
9/10
El disco completo:
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