No hay duda de que Vampire Weekend son inteligentes. Supieron buscarse un hueco en las exigencias del indie rock con una música que bebía descaradamente del pop y que búscaba fórmulas pegadizas, estribillos melosos y una originalidad definitivamente "buenrollista", a pesar de que algunas de las canciones esgriman críticas sociales. En general el sonido es muy agradable, divertido (más que original) y francamente atrapador, lo que hizo que (desde este debut) las listas de éxitos americanas les adoraran. Fue un buen comienzo... aunque luego mejoraron.
8/10
El disco completo:
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