Ovo no es exactamente un disco de estudio del ex-líder de Genesis, sino la banda sonora que compuso para la carpa que se construyó en Londres para inaugurar el nuevo milenio (la más grande del mundo), y en donde se celebró un asombroso espectáculo multicultural. La música de Gabriel nos relata una extraña historia del mundo con un ser como protagonista que aúna la parte más primitiva del hombre con la más tecnológica y evolucionada. Y el disco está muy bien... pero para los seguidores de Gabriel adolece de un problema... y es que él apenas canta, y presta dicho papel a un montón de artistas invitados que a duras penas consiguen imitarle.
Aun así es un muy buen disco, alejado de la comercialidad de sus últimos trabajos hasta la fecha (que son cojonudos, pero que buscaban una mayor aceptación comercial, las cosas como son).
8/10
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