Vamos con un interesante disco cuya virtud se convierte en su peor enemigo. David Bedford era un vanguardista, un compositor que alternaba la música clásica (moderna) con la música popular. Su asociación a Mike Oldfield fue fundamental para el desarrollo del segundo. Oldfield aprendió mucho trabajando con Bedford, y de hecho se lo llevó consigo a la hora de grabar su primera obra maestra, el célebre Tubular Bells.
En este caso, y como veréis en letra pequeña en el frontal de la carátula, la guitarra del disco pertenece a Mike Oldfield. Pero no os vais a encontrar algo fácil... La narración del poema de Samuel Coleridge corre a cargo del actor Robert Powell (narración he dicho. No es cantado). su voz nos introduce en una música oscura, brillante en ocasiones, pedante y pesada en muchas más ocasiones, con pequeños arpegios de Mike Oldfield, delirios bartokianos de teclado y, eso sí, un final magnífico basado en la partitura del tema The rio Grande.
Como curiosidad es interesante... pero solo se salva por momentos estupendos, mientras que a otros hay que echarles paciencia.
6/10
El final del álbum: The Rio Grande
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