Con iconografía irónicamente soviética y una indirecta a la despersonalización del individuo en los países comunistas, los alemanes presentaron un nuevo trabajo de electrónica onírica e imaginativa. Puede que los avances en la tecnología musical hayan dejado en parte obsoleta la obra de Kraftwerk, que en su día presentaba un sonido novedoso y quizá algo robótico (no en vano, uno de los temas estrella del disco se llama The robots), pero el conjunto sigue siendo agradable y divertido de escuchar incluso para los que no estamos demasiado familiarizados con el género.
8/10
El disco completo:
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