Tras el fracaso de sus dos discos anteriores, y estar a punto de desaparecer, los alemanes protagonizaron una de las resurrecciones más sonadas de los años 90 con este trabajo. Les costó cortarles la cabeza a dos miembros, Michael Kiske e Ingo Swichtenberg, que se suicidaría dos años después por su dependencia a las drogas y su depresión a causa de una esquizofrenia.
Para sustituirles reclutaron a un antiguo amigo, el cantante de Pink Cream ´69, Andy Deris, y al batería de Gamma Ray, Uli Kusch. Una publicidad desmesurada y una pulcra producción hicieron que Helloween recuperaran su estatus anterior. Y el disco es muy bueno. Divertido, alegre, algo rencoroso (Mr. Ego es una canción que ataca a Kiske). Lo mejor que habían publicado desde sus célebres Keeper of the seven Keys part I & II.
Con sus trabajos posteriores mantuvieron el éxito... pero lo que es a mí, ya no me gustaron tanto.
8/10
El disco completo:
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