El afán experimental de Rihanna es, al mismo tiempo, su talón de Aquiles. Lo que en sus discos más comerciales es una virtud de agradecer, en esta ocasión le ha pasado factura. La idea de este octavo álbum suyo era precisamente alejarde del mainstream haciendo algo innovador... una constante búsqueda de sonidos y formas, alejándose de los megahits que tan popular la han hecho (merecidamente, además).
El problema es que aquí no hay gran cosa. Experimentación y sonidos nuevos sí... pero no sujetan nada. No hay estructura. Escuchar un tema es agradable. Escucharlo todo es cansino.
Es un caos fruto de la mayor fumada de porros de la historia. No basta con ser minimalista... y falta lo esencial... una idea... un concepto claro... algo sobre lo que trabajar.
Probablemente es el disco más fallido de la barbadense hasta la fecha.
El disco completo:
https://www.youtube.com/watch?v=TupyAUAOvSM&list=PLhbLPQADE57pN_JE7VA_1A1HyoZoPPHmC
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