Abandonada ya su etapa al frente de The Sugarcubes, y tras un primer disco con su nombre que falló comercialmente, Björk recomenzó proponiendo este arriesgado debut lleno de experimentaciones, en el que juega con la electrónica, el Trip Hop, el Jazz y el dance, presentando un trabajo tremendamente original, diferente, un estilo propio y personal. Su voz de tintes alienígenas y lastimeros abarca la totalidad del protagonismo, mientras ondea en atmósferas opresivas (Human behaviour) y oníricas (Venus as a boy). Su gran virtud... abrir caminos.
8/10
El disco completo:
Un disco bien bonito y no el único, Björk tiene discos cojonudos...La pena es que luego se la fuera la olla siete pueblos (supongo que serían los efectos secundarios de trabajar con Lars von Trier).
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