Todavía les quedaba carrera para adentrarse en la etapa glam que les hizo tan famosos cuando publicaron su segundo disco de estudio. El hard rock iniciático quedaba atrás al tiempo que el cantante Ian Hunter se adentraba en una música más espiritual que en ocasiones casi recuerda al gospel. Podría parecer que no encontraban su sonido, pero esta grabación resulta tan bella que sólo podemos definirla como un extraño paréntesis en la carrera del grupo. Una especie de gema suelta, diferente y única. En mi opinión, la cumbre de Mott the Hoople.
10/10
El disco completo:
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