Resulta meritorio que el cerebro de The Who, Pete Townshend, pudiera grabar un disco tan bueno y tan optimista como este en un momento tan complicado de su vida. Estaba luchando contra el alcoholismo, contra sus adicciones a las drogas, contra los problemas de su matrimonio y contra las depresiones que le habían generado las muertes de varios amigos suyos, empezando por el batería Keith Moon hacía menos de dos años.
Empty glass nos ofrece una colección de canciones pop rock estupendas, con un uso importante de los sintetizadores y melodías pegadizas que captaron de inmediato la atención de sus seguidores.
La idea de la portada es que Pete Townshed ha muerto, y va al cielo... y el cielo es una taberna, y el tabernero es Dios... y para quitarle las penas, le pone dos ángelas (que están muy buenas) y un copazo... y a cambio, Townshend le devuelve el cristal vacío (Empty glass).
Discazo.
9/10
El álbum completo:
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