Cuando Robert Smith le enseñó a su casa discográfica el nuevo material que había compuesto tras su éxito de ventas Kiss kiss, bang bang, le dijeron que reculara porque estaba destinado a un suicidio comercial. Sin embargo siguió adelante, y su nuevo trabajo resultó un éxito de ventas y de críticas sin precedente. Nos encontramos un álbum triste, con predilección por unos teclados atmosféricos y canciones que dejan huella en el ánimo. Mejor no traducirlas en un día en que nos sintamos especialmente existencialistas.
10/10
El álbum completo:
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