Diana Krall tenía miedo de componer. Sus discos hasta la fecha estaban compuestos siempre de versiones de clásicos (una veces estupendas, otras no tanto), y no tenía la suficiente confianza en sí misma como para ofrecer a un público amante del jazz y exigente un repertorio de canciones completamente nuevas. Pero se acababa de casar con Elvis Costello, y éste la convenció de que sacara adelante su propio genio y, de paso, le ayudó con las composiciones.
El resultado es un disco francamente bonito y personal en el que destacó una excelente versión del Temptation de Tom Waits.
El disco completo:
https://www.youtube.com/watch?v=UxzUWY2YCC8&list=PL7lWlKPLQjiKQU6h4phw4dAvz2yriZuU5
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