Esto es un debut radical y lo demás son tonterías. Tras el fracaso del punk en Inglaterra, Joy Division se convirtieron en abanderados de un sonido nuevo, minimalista, austero y deprimente. La epilepsia que sufría su cantante, Ian Curtis, le mantenía en un permanente estado de angustia que se proyectaba en canciones sobre la muerte y la desesperación.
Unknown pleasures fue todo un hito, pariente de la obra de The Cure, Young Marble Giants y Siouxsie and the Banshees.
Solo que, seguramente, su legado es mayor.
9/10
El disco completo:
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