Matthew Bellamy, el líder de Muse, resulta tan pretencioso que siempre está a punto de hacer el ridículo con su "visionaria" concepción del mundo. Se considera un profeta de los males que nos asolan (basta ver la portada de este disco... representa a los cuatro nuevos jinetes del Apocalipsis... la religión, los medios de comunicación, la banca y la escasez de recursos naturales... y juegan a las cartas nada menos que en Marte). Lo que le salva es que Muse son muy buenos. Las canciones adquieren mística, una producción impecable y unas melodías difíciles de ignorar.
Lo malo es que se han subido al carro del mainstream, y me da la impresión de que se han acomodado en su sonido, y que poca evolución podemos esperar ya de ellos.
8/10
El disco completo:
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