A finales de la década de los ochenta, Siouxsie and the Banshees sorprendieron con un disco menos gótico de lo que les era habitual y más abierto al experimentalismo alternativo. Aun así, la imprenta de la banda está bien marcada, y las atmósferas tristes o angustiosas predominan sobre el conjunto, pese a extraños trallazos inclasificables como el primer tema, Peek-a-boo, que ha sido alabado por bandas actuales tan representativas y ajentas al estilo de Siouxsie como The Decemberists o Arcade Fire.
10/10
El disco completo:
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