Uno de mis discos favoritos de los canadienses Rush, que supieron reinventar su sonido (una vez más) para volver a darle protagonismo a las guitarras de Alex Lifeson tras varios años en donde predominaban los sintetizadores (que aquí no desaparecen, pero vuelven a un segundo plano). La temática de fondo era la suerte, el azar en la vida, pero también nuestra capacidad para decidir que si el destino que tenemos no nos gusta, es momento de tirar los dados (Roll the bones) de nuevo y cambiar de rumbo.
El sonido de la banda se endurece en unos temas que se convirtieron casi de inmediato en clásicos... Dreamline, Bravado, Roll the bones (donde por primera vez incluyen una parte rapeada), Heresy y The Big Wheel son en sí mismas obras maestras.
10/10
El disco completo:
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